Mis estimados
amigos, amigas, compañeros y alumnos, espero que todos y todas se encuentren
muy bien, aquí les traigo el mensaje de la navidad de este año 2013.
Es increíble ver
como el consumismo y el egoísmo se deja ver entre líneas de los comerciales
televisivos, radio y prensa!, pasamos todo el año esperando el aguinaldo, y el
comercio hace hasta lo imposible por sacarnos cuanto más dinero del bolsillo.
El Señor Nació para
darnos vida y vida en abundancia, vino a enseñarnos a amarnos, a entendernos a
pesar de nuestras diferencias, ya que él no hace distinciones entre todos sus
hijos, mas nosotros sí, nos enseñó a sentir alegría en el dar más que en el
recibir, a vernos como hermanos, a ayudarnos mutuamente, comprendernos, a
servir a los demás más que buscar ser servidos, a aceptar las pruebas con
paciencia y con humildad, sabiendo que esas pruebas son puestas para nuestro
mejoramiento espiritual, para construir nuestro carácter y para hacernos más
fuertes ante las adversidades.
Eso y muchas cosas
más nos enseñó, nos dejó su palabra para vivirla día a día, como un manual de
vida en la que encontramos todo lo necesario para construir nuestra vida, para
aprender a vivir amándonos, a tener fortaleza necesaria mientras esperamos su
venida, cuando venga por su pueblo.
El señor vino a
enseñarnos, como el Maestro de Galilea, quien ofreció su vida en una cruz y con
su sangre, compro cada una de nuestras almas y las reclamo para Dios nuestro
Padre.
Él es de quien
debemos aprender indistinto de la religión que profesemos ya que la palabra de
Dios es única y es una herramienta de vida que busca que todo nos veamos como
hermanos.
La Navidad
considero, es un tiempo de meditación y reflexión, en la que tenemos que
valorar todo lo que tenemos más de lo que queremos.
Quizá anhelamos
teléfonos con precios superiores a los que podemos pagar, para comunicarnos y
cuando lo tenemos, nos encanta el Internet móvil, el correo electrónico, el
Facebook, los juegos online, y las múltiples aplicaciones que podemos descargar
y nunca tenemos tiempo con brillante pieza de imaginería electrónica, para
mandar un mensaje o una llamada a nuestros amigos lejanos o a nuestros padres y
hermanos.
Soñamos con auto
nuevo, del año, full extras pero cuando se trata de visitar la familia, ir a la
parroquia, a la misa, o hacer un favor a un amigo, no hay gasolina, o buscamos
las mil y un escusas para no hacerlo.
Renegamos por ir a
trabajar un lunes, renegamos por la conducta de nuestros hijos, por el día. En
resumen, nos vivimos quejando de todo lo que tenemos y no tenemos, pero no
valoramos las cosas realmente importantes como: poder caminar, poder ver,
sentir y oír, podemos respirar por nosotros mismos y sin necesidad de un
respirador o tampoco necesitamos una máquina de hemodiálisis para limpiar
nuestra sangre.
Tenemos trabajo,
con el cual llevamos el sustento a nuestras familias.
Entonces, ¿no
debemos de dejar de pensar un poco menos en nosotros y pensar en lo que podemos
hacer por los demás? cuando uno hace algo por pequeño que sea, por otra
persona, sin ningún interés, salvo el de beneficiar a este, la vida de uno
empieza a cambiar entonces enormemente.
Navidad es para
pasar en familia o con nuestros seres queridos, en paz y en unidad, fortalecer
las buenas tradiciones, como las cenas de noche buena y la del 31. Que son
tradiciones que unen a las familias, a los amigos y no como otras que lo único
que buscan es que llegue un viernes para salir a gastar con los amigos en
malsanas juergas.
Entonces ahora
pienso ¿Qué pasará con el que no tiene dinero? ¿Estará condenado (a) a una
navidad infeliz y desdichada? Rechazada por la sociedad consumista que le
indica que para ser feliz hay que gastar y gastar. A veces enseñamos a los
hijos que la mejor navidad la pasa el niño que le trajeron el último Play, o el
Wii…
Acaso el niño que
no reciba nada esta navidad ¿no es digno del regalo de Dios que dio a su hijo
Jesús?, los padres que entierran a sus hijos o los hijos que entierran a sus
padres en estas fechas, ¿no tienen Navidad?, la gente de las calles quienes la
vida les ha negado la dicha o bien ellos le han negado a la vida la oportunidad
de hacerlos dichosos, ¿no tienen navidad?, todos los que este año perdieron sus
casas, el trabajo de toda una vida, sus vehículos, o perdimos un familiar en
algún desastre, ¿no tenemos navidad?
Pues sí, si tenemos
navidad, el Señor nació para todos, ricos y pobres, buenos y malos y sobre todo
para los malos e impíos, la vida no es más que un conjunto se situaciones, que
por duras que parezcan en ocasiones, las debemos tomar para aprender y ser más
fuertes, pues no hay nada que nos suceda que no sea para nuestro propio bien a
la postre.
El dar es bueno, el
compartir es bueno cuidando que tampoco nos falte, el señor nos dice “da y da y
nunca pidas, porque entre más des más rico serás” lo que el señor nos pide es
que amemos que nos entregamos, dice una conocida canción eclesiástica que “Amar
entregarse, olvidándose de sí, buscando lo que al otro, pueda hacerlo feliz,
pues qué grande es tener para dar”
La idea es
compartir regalos sencillos, prácticos y que salgan del corazón, un chocolate,
una manzana, una tarjeta diseñada por uno mismo o una nota hecha a mano, deja
más que decir de cada uno que regalar un MP4 de muchos dólares con el corazón
sin amor.
Demos aliento al
caído, apoyo a quien lo necesite, respeto a nuestros amigos compañeros y
familiares, respeto por el trabajo, a nuestros jefes y superiores, amor y
entrega por nuestras empresas, sintámonos parte de nuestros equipos de trabajo
y de nuestra comunidad laboral, enriquezcamos nuestro trato con todas las
personas que nos rodean, durante todo el año, cambiar nuestra forma de ser
puede ser el mejor regalo que podamos dar a nuestros conocidos y con el tiempo
veremos que aun ese cambio me mejora a mí como persona.
Hagamos un esfuerzo
por ser mejores personas, para nuestro bien personal y crecimiento espiritual,
con sus parejas quienes los tengan, con los hijos, hermanos y padres, luego con
nuestros compañeros de trabajo, nuestra familia indirecta y por ultimo con
todos los que nos rodean, amemos nuestro país respetemos este pedazo de tierra
BENDITA, LIBRE Y SOBERANA, en el cual tuvimos el honor de nacer y quien no lo
tuvo, respétela y quiérala igual, pues es la tierra que le está prestando
abrigo, refugio y sustento.
Por eso mis amigos,
le pido a Dios, que pasen la mejor Navidad de sus vidas, en compañía de los
seres que más amen, que tengan paz y unidad en sus familias.
Doy gracias a Dios
por este maravilloso año que viene, por nuestro trabajo, por los amigos que
están y por los que ya no, por las alegrías y sobre todo por las tristezas pues
sin ellas no apreciaríamos la alegría, por todos los amigos, conocidos y
parientes que ya dejaron este mundo y nos dejaron su legado, su recuerdo
perpetuo, por todos los que aun quedamos, por todos los momentos felices y por
todas las nuevas personas que conocimos, por la bendición de los que empiezan
la vida, los niños y jóvenes que debemos educar para que lleven este país hacia
un buen destino, por las personas nobles y buenas, por tantas y tantas cosas
que vivimos, por la dicha de ver morir el año así como lo vimos nacer.
Pido a Dios, mucha
salud para todos ustedes, sus familias y grupos afectivos, mucho trabajo, un
año lleno de éxitos y una que otra caída, mucha paz y resignación para lo que
nos toque afrontar, fortaleza y sabiduría para tomar las mejores decisiones,
unión familiar y laboral, así como sapiencia a todos los gerentes y encargados
de dirigir nuestras empresas, para obtener estabilidad laboral de todos.
Confió en Dios y en
su gracia, para que todas sus metas, sueños y proyectos de este año nuevo que
se avecina se hagan realidad, que nos enseñe a amarnos los unos a los otros y
que la paz de Dios que sobre pasa todo entendimiento guarde nuestros corazones
y nuestros pensamientos, en Cristo Jesús Señor nuestro.
Que la Gracia y el
Amor de Dios este con todos ustedes
Feliz Navidad y un
muy Prospero año 2014
Son los sinceros y cordiales deseos de éste su
siempre servidor