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sábado, 21 de junio de 2014

Carta a mi hija María Fe


 Amada hija:
Hija mía, te miro todos los días sin creerme que ya eres una adolescente. Intento, desde hace algún tiempo, no tratarte como una niña; pero me resulta complicado.
Sé que vas madurando, pero al mismo tiempo, te siento tan inocente, tan frágil, que me cuesta mucho soltar amarras. Sé que ya no eres una niña y que he de dejarte crecer, contemplando cómo buscas tus propias experiencias sin ir agarrada de mi mano.
Querida hija! amor de mi vida. Te amo sobre todas las cosas y más de lo que nunca creí que pudiese amar a nadie.
Una larga espera para que nacieses, tu madre sufrió y lucho por traerte al mundo y yo constantemente a su lado, no quería perderme tu llegada.
Desde el instante en que te vi, supe que mi vida ya no me pertenecía, mi vida, ahora, eras tú!.
Recuerdo la frase que dije en aquel momento: -Esto es maravilloso!, acabo de verla y la amo con toda mi alma, me dejaría cortar un brazo ahora mismo antes de que le pase nada a ella.
De repente me habías convertido en padre, en un hombre muy feliz, pero lleno de responsabilidades, dudas y miedos.
Todavía, después casi de 18 años, me emociono al recordar aquella noche en que viniste a nosotros. Un ángel de piel blanca y cabello oscuro.  -Ojos cafés!, dije yo emocionado, pero por lo visto es frecuente en los bebes y a los pocos días te cambiaron de color, más oscuros, marrón miel -así me gusta llamar al color de tus ojos- y  tu cabello se volvió negro. Yo cada día te veo más bonita!.
Al principio surgen tantas dudas, incertidumbres, miedos. -Estará bien?, por qué  tanto llora?, tendrá hambre?. Luego tienes esa fase en que te preguntas si serás buen padre,  porque después de varias noches sin dormir llegas a decir cosas increíbles -solo los que son padres entienden esto-.
Nadie sabe ser padre, se aprende sobre la marcha y supongo que no todo lo que aprendes con tu primer hijo sirve para el segundo. Me equivoco y trato de aprender de mis errores. Mientras tu creces, yo lo hago como padre. Te quiero, te mimo, te cuido, te regaño, te educo, me equivoco, aprendo, te pido perdón y tú me perdonas.
Tus momentos rebeldes, con tus rabietas, que cuando se te pasan vienes y me dices: -papá, no lo vuelvas a hacer más!, te perdono?. Nos damos un beso lo olvidamos y continuamos con nuestra evolución, creciendo juntos!.
Estoy tan orgulloso de ti!, ahora que estas estudiando la carrera de medicina humana en la universidad que también estudie yo,  creo que no hay mayor satisfacción para el Médico que devolverle la salud y la sonrisa a un ser humano, acción que hace que se desvanezca todo cansancio y toda frustración; y da fuerzas para seguir en esa lucha tan dura y a veces hasta infructuosa.
Trato de hacerte crecer y educarte como hija y me doy cuenta de que tú me haces crecer y me educas como padre.
Sé que tendrás que equivocarte, tomar tus decisiones, madurar, pero quizá mi condición de padre no me haga darme cuenta de que no te estoy dejando hacerlo.
Has sido una bebe maravillosa, eres una niña muy especial,  una adolescente que necesita desarrollarse, encontrarse, buscar su camino.
Solo deseo lo mejor para ti, discúlpame si en algún momento no lo hago bien, si te parezco demasiado duro, mi intención será buena. Confía siempre en mí, cuenta conmigo en todo, trataré de escucharte en lugar de sermonearte, ayudarte cuando te equivoques en lugar de hacerte reproches.
Papá va a estar siempre aquí, a tu lado!. Cuando tengas miedo acude a mí, cuando te equivoques te escucharé y apoyaré, si nos enfadamos hablaremos y nos daremos un beso, nos perdonaremos y continuaremos igual que hacemos ahora.
Trata de tener claro lo que quieres, lucha por ello, ser feliz. No olvides valores como la honradez, el respeto, la amistad y la familia. Huye de la envidia, el egoísmo, la avaricia y la soberbia.
No permitas que nada ni nadie perturbe tu camino, manéjate de forma transparente y clara, si por error cayeras en alguna falta, se humilde, benevolente y justa contigo misma, para que puedas levantarte y elevar de nuevo el vuelo a tu destino.
No olvides, que todo aquello que deseamos, requiere paciencia, concentración y esfuerzo, para ello, no busques nunca el camino más fácil, Sino el correcto. Enorgullécete de tus logros, más no permitas que la soberbia, te haga olvidar que vale más una sonrisa.
No pretendo que seas perfecta, ni como yo, ni como quisiera que fueses. Quiero que seas tú. Yo he cometido errores y los sigo cometiendo, sé que será difícil pero tengo que dejar que vivas y aprendas de los tuyos.
Te querré siempre y siempre estaré a tu lado, perdóname si a veces un exceso de protección te agobia, lo hago por ti, aunque trataré de darme cuenta y dejarte tu espacio.
Solo espero que siempre puedas estar orgullosa de mi y  aunque sea de vez en cuando, me dejes abrazarte y mimarte, porque para mí seguirás siendo mi niñita!.
Aunque ser padre es difícil, duro, cansado, estresante, complicado... no lo cambio por nada.


                            Mi vida ya no es mía, mi vida eres tú!
Tu Papá

lunes, 16 de junio de 2014

Carta a mi hijo Néstor Junior




Amado hijo:
Te escribo estas líneas para saludarte, rogándole a Dios que siempre te conserve sano. Hoy me pongo a pensar en el tiempo transcurrido. ¡Cómo han pasado los años!, ¿verdad?. Parece que fue ayer que me colmé de alegría cuando te vi nacer, y ya transcurrieron quince años de aquel dichoso momento. Eres ya todo un hombrecito adolescente aún, con todo un mundo por delante.
 
Pero debes saber que la adolescencia es la etapa más hermosa de la vida. Tu cuerpo cambia, tus actitudes cambian, tu mente cambia, tu manera de pensar y de ver las cosas cambian todos los días. Y ello me obliga a recordarte que tienes que ser responsable en todos tus actos, para que el mañana te encuentre preparado y te conviertas en hombre de bien, como profesional al servicio de tu país.
Quiero, por sobre todo, que aprendas a decidir por ti mismo y a aceptar responsabilidad por tus acciones, para que nunca te lamentes de haber permitido que otros forjaran tu destino, para que nunca mires hacia atrás con nostalgia por lo que pudo haber sido, sino que siempre te sientas plenamente satisfecho por lo que fue.
Yo alabaré tus triunfos y sufriré contigo tus desventuras. Seré cómplice de tus logros y tus fracasos y en lo bueno y en lo malo seré incondicional contigo.
No prometo, hijo, heredarte mi experiencia. No podría ser tuya. Tendrías que adquirirla en carne propia. Pero prometo estar disponible cuando solicites mi consejo.
No prometo, hijo, solucionar tus problemas, aunque lo haría todo por ti. La solución suele estar en tus manos y no en las mías, pero prometo ayudarte en lo posible y escucharte cuando quieras desahogarte.
No prometo, hijo, evitarte sufrimientos, no puedo cegarte a la realidad, porque a veces sufrir es necesario para aprender a ser fuerte, pero prometo ofrecerte mi hombro, cuando necesites consuelo.
No prometo, hijo, darte todo lo que quieras. En todo caso es mejor que aprendas que dar los caprichos y las modas no son importantes pues se olvidan en cuanto se consiguen, pero prometo hacer el mayor esfuerzo para darte lo necesario.
No prometo, hijo, caerte bien en todo momento, a veces no te gustará lo que yo diga o haga, porque tengo la obligación de guiarte por el camino correcto. Pero prometo no maltratarte ni humillarte cuando te corrija.
No prometo, hijo, estar a tu lado siempre, soy mortal como cualquier humano. Pero prometo enseñarte que si existe un Padre que si es eterno a quien podrás acudir siempre que quieras.
No prometo, hijo, ser un padre perfecto, pero prometo poner todo mi amor en el intento. 
El día que esté viejo y ya no sea el mismo, ten paciencia y compréndeme y cuando derrame comida sobre mi camisa y olvide como atarme mis zapatos, tenme paciencia. Recuerda las horas que pasé enseñándote a hacer las mismas cosas.
Si cuando converses conmigo y repito y repito las mismas palabras y sabes de sobra como termina, no me interrumpas y escúchame.  Cuando eras pequeño para que te durmieras, tuve que contarte miles de veces el mismo cuento hasta que cerrabas los ojitos.
Cuando me veas inútil e ignorante frente a todas las cosas tecnológicas que ya no podré entender, te suplico que me des todo el tiempo que sea necesario para no lastimarme con tu sonrisa burlona.
Acuérdate que fui yo quien te enseño tantas cosas.   Comer, vestirte y como enfrentar la vida tan bien como lo haces, son producto de mi esfuerzo y perseverancia.
Cuando en algún momento, mientras conversamos, me llegue a olvidar de que estamos hablando, dame todo el tiempo que sea necesario hasta que yo recuerde, y si no puedo hacerlo no te impacientes; tal vez no era importante lo que hablaba y lo único que quería era estar contigo y que me escucharas en ese momento.
Cuando mis piernas fallen por estar cansadas para andar.........dame tu mano tierna para apoyarme como lo hice yo cuando comenzaste a caminar con tus débiles piernitas.
Siempre quise lo mejor para ti y he preparado los caminos que has debido recorrer.
Si Dios me escucha y te permite vivir muchos años, algún día sabrás que los padres no somos perfectos, pero sobre todo, ojalá te des cuenta de que, pese a todos mis errores...,
¡Te amo más que a mi vida!
Atentamente
Tu Papá

domingo, 8 de junio de 2014

DIA DEL INGENIERO - 08 de junio

 
Hago un alto a mis actividades, para expresar mi saludo a todos mis colegas Ingenieros del Perú y del mundo, que laboran en las diferentes áreas y especialidades del la Ingenieria, concatenando esfuerzos para construir una sociedad de tecno...logia, industria, innovacion e investigacion, contribuyendo con el desarrollo de nuestro pais.

Los Ingenieros en su conjunto, debemos sentirnos orgullosos, porque se ha dicho que “de todas las carreras, es, sin duda, la ingenieria la que mayor número de conocimientos necesita, la de cultura más amplia y creativa, la que mayor y más constante estudio requiere, pues para ser un idóneo ingeniero no basta ser un buen profesional.

Es así que doy un reconocimiento a todos mis colegas profesionales que el Perú necesita para impulsar su progreso y asegurar el desarrollo y la competitividad que necesitamos dentro y fuera del país.

  ¡Feliz Día Ingenieros!