Sé que vas madurando, pero al mismo tiempo, te siento tan inocente, tan
frágil, que me cuesta mucho soltar amarras. Sé que ya no eres una niña y que he
de dejarte crecer, contemplando cómo buscas tus propias experiencias sin ir
agarrada de mi mano.
Querida hija! amor de
mi vida. Te amo sobre todas las cosas y más de lo que nunca creí que pudiese
amar a nadie.
Una larga espera para
que nacieses, tu madre sufrió y lucho por traerte al mundo y yo constantemente
a su lado, no quería perderme tu llegada.
Desde el instante en
que te vi, supe que mi vida ya no me pertenecía, mi vida, ahora, eras tú!.
Recuerdo la frase que
dije en aquel momento: -Esto es maravilloso!, acabo de verla y la amo con toda
mi alma, me dejaría cortar un brazo ahora mismo antes de que le pase nada a
ella.
De repente me habías
convertido en padre, en un hombre muy feliz, pero lleno de responsabilidades,
dudas y miedos.
Todavía, después casi
de 18 años, me emociono al recordar aquella noche en que viniste a nosotros. Un
ángel de piel blanca y cabello oscuro. -Ojos cafés!, dije yo emocionado,
pero por lo visto es frecuente en los bebes y a los pocos días te cambiaron de
color, más oscuros, marrón miel -así me gusta llamar al color de tus ojos- y
tu cabello se volvió negro. Yo cada día te veo más bonita!.
Al principio surgen
tantas dudas, incertidumbres, miedos. -Estará bien?, por qué tanto llora?, tendrá hambre?. Luego tienes esa
fase en que te preguntas si serás buen padre, porque después de varias
noches sin dormir llegas a decir cosas increíbles -solo los que son padres entienden
esto-.
Nadie sabe ser padre,
se aprende sobre la marcha y supongo que no todo lo que aprendes con tu primer
hijo sirve para el segundo. Me equivoco y trato de aprender de mis errores.
Mientras tu creces, yo lo hago como padre. Te quiero, te mimo, te cuido, te
regaño, te educo, me equivoco, aprendo, te pido perdón y tú me perdonas.
Tus
momentos rebeldes, con tus rabietas, que cuando se te pasan vienes y me dices:
-papá, no lo vuelvas a hacer más!, te perdono?. Nos damos un beso lo olvidamos
y continuamos con nuestra evolución, creciendo juntos!.
Estoy tan orgulloso de
ti!, ahora que estas estudiando la carrera de medicina humana en la universidad
que también estudie yo, creo
que no hay mayor satisfacción para el Médico que devolverle la salud y la
sonrisa a un ser humano, acción que hace que se desvanezca todo cansancio y
toda frustración; y da fuerzas para seguir en esa lucha tan dura y a veces
hasta infructuosa.
Trato de hacerte crecer
y educarte como hija y me doy cuenta de que tú me haces crecer y me educas como
padre.
Sé que tendrás que
equivocarte, tomar tus decisiones, madurar, pero quizá mi condición de padre no
me haga darme cuenta de que no te estoy dejando hacerlo.
Has sido una bebe maravillosa, eres una niña muy especial, una adolescente que necesita desarrollarse,
encontrarse, buscar su camino.
Solo deseo lo mejor
para ti, discúlpame si en algún momento no lo hago bien, si te parezco
demasiado duro, mi intención será buena. Confía siempre en mí, cuenta conmigo
en todo, trataré de escucharte en lugar de sermonearte, ayudarte cuando te
equivoques en lugar de hacerte reproches.
Papá va a estar siempre
aquí, a tu lado!. Cuando tengas miedo acude a mí, cuando te equivoques te
escucharé y apoyaré, si nos enfadamos hablaremos y nos daremos un beso, nos
perdonaremos y continuaremos igual que hacemos ahora.
Trata de tener claro lo
que quieres, lucha por ello, ser feliz. No olvides valores como la honradez, el
respeto, la amistad y la familia. Huye de la envidia, el egoísmo, la avaricia y
la soberbia.
No permitas que nada ni nadie perturbe tu camino, manéjate de forma transparente y
clara, si por error cayeras en alguna falta, se humilde, benevolente y justa
contigo misma, para que puedas levantarte y elevar de nuevo el vuelo a tu
destino.
No olvides, que todo
aquello que deseamos, requiere paciencia, concentración y esfuerzo, para ello,
no busques nunca el camino más fácil, Sino el correcto. Enorgullécete de tus
logros, más no permitas que la soberbia, te haga olvidar que vale más una
sonrisa.
No pretendo que seas
perfecta, ni como yo, ni como quisiera que fueses. Quiero que seas tú. Yo he
cometido errores y los sigo cometiendo, sé que será difícil pero tengo que
dejar que vivas y aprendas de los tuyos.
Te querré siempre y
siempre estaré a tu lado, perdóname si a veces un exceso de protección te
agobia, lo hago por ti, aunque trataré de darme cuenta y dejarte tu espacio.
Solo espero que siempre
puedas estar orgullosa de mi y aunque
sea de vez en cuando, me dejes abrazarte y mimarte, porque para mí seguirás
siendo mi niñita!.
Aunque ser padre es
difícil, duro, cansado, estresante, complicado... no lo cambio por nada.
Mi vida ya no es mía, mi vida eres tú!
Mi vida ya no es mía, mi vida eres tú!
Tu Papá