Al aproximarse el fin de un año en el que, hemos tenido alegrías y tristezas, me es muy grato dirigirme a ustedes. Hubiera querido hacerlo individualmente, con cada uno: me hubiera gustado darles un muy cordial apretón de manos.
Este mensaje pretende sustituir el contacto muy particular que hubiera deseado tener con cada uno de ustedes. Y aunque las palabras no pueden con frecuencia revelar el contenido cabal, las emociones completas de quien las pronuncia, quiero expresar mis más fervientes deseos para que en estas fiestas navideñas y de fin de año disfruten de paz, de tranquilidad y de éxito, en compañía de sus familiares y amigos.
Hago los votos más sinceros para que el espíritu de estas navidades se traduzca en un nuevo optimismo y más alegría de vivir, y para que nos prepare para encarar con entusiasmo las jornadas que nos esperan en el futuro.
Les deseo, pues, de todo corazón, felicidad y paz en estos días. Y les ruego que hagan extensivos mis parabienes a todos sus familiares y amigos. Para todos, un abrazo cordial, y mis mejores y más auténticos votos para un próspero año nuevo y un dichoso 2016.