sábado, 7 de mayo de 2011
PARA MI MADRE EN SU DÍA
Se me desgarra el alma al comprender que este segundo domingo de mayo por segunda vez no estaré junto a ti para brindarte mi homenaje por el Día de las Madres. No sabes como me siento ahora, dándole la razón a aquel poeta cuando decía que se aprecia el amor de las personas cuando no están cerca de ti, cuando están en la amarga lejanía.
Sin embargo, querida viejita, también he entendido que se trata de cumplir el reto que me he propuesto como hermano mayor, el que lo manifesté el día de tu partida.
Ese día, aún lo recuerdo, les prometí que no iba a desfallecer ante nada ni nadie por lograr mis objetivos.
Pero, en estos instantes, quiero apartarme brevemente de la lucha diaria tan solo para recordarte, para reiterarte mis sentimientos y para decirte que guardo en mente tus consejos, tus oraciones y aquellos días, tardes y noches que abnegada y desinteresadamente entregaste por el cuidado de tus hijos.
Gracias, madre mía, por todo ....
Gracias, porque junto con papá, lograron forjar un hogar unido y de buena voluntad.
Gracias, porque en los instantes dificiles, supiste hacer el milagro de multiplicar el pan de la nada y seguiste caminando sin perder tu sonrisa, la que ahora me hace tanta falta.
Y…antes de terminar, quiero pedirte perdón por los malos momentos que te hice vivir en tiempos pasados.
Hoy, con lágrimas sinceras te reitero la promesa de no defraudarte, de rendirte el mejor homenaje retornado al calor de mi hogar con el ejemplo para mis hijos menores…
Todo se los debo a ustedes.
GRACIAS MAMÁ
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