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viernes, 26 de septiembre de 2014

Día de la Juventud


Me place dirigir unas palabras a todos ustedes por el día de la juventud
Como sabemos, mediante Resolución N° 54/120 en 1999 La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el día 12 de Agosto como “Día Internacional de la Juventud”, pero en nuestra Patria, el Perú este día se conmemora el 23 de Setiembre denominado “Día de la Juventud”, coincidiendo con el inicio de la Primavera. Del mismo modo alumnos, en nuestro país de cada 100 personas, 27 son jóvenes de 15 a 29 años de edad, lo que representa actualmente unos 8 millones 227 mil 879 personas., grupo realmente numeroso e importante, que representa el 30% por ciento de la población total.
Dentro de las muchas cosas que hoy nos unen, podemos decir que todos aquí hemos sido jóvenes, somos jóvenes, o bien, que aún nos consideramos jóvenes. [Dicen que lo importa es el espíritu joven, y no tanto la edad].  Y si quizás olvidan todo lo que hoy digo, hay una cosa que espero que nunca olviden: que la juventud importa.
Juventud, es la edad que se sitúa entre la infancia y la edad adulta.
Para muchos la juventud es una de las etapas más bonitas y emotivas de nuestra vida, en la cual se definen ideales, objetivos, personalidad y se adquieren conocimientos importantes.
La palabra “joven” es un cliché que se ha utilizado, para bien o para mal, como una forma de designar una etapa de la vida. Pero hoy no estamos celebrando el día de los jóvenes sino el día de la juventud, palabra que reúne de alguna manera, aquellas características que entendemos como comunes de una etapa que se puede extender, si el espíritu se mantiene en una continua primavera. Por eso digo que hay jóvenes con espíritu de viejos y viejos con espíritu de joven, Gandi, Charles Chaplin, Chespirito, el Papa Juan XXIII, el Papa Francisco, son ejemplo de gente que mantuvo un espíritu joven.
Uno de los objetivos del Día de la Juventud es enseñar a vivir a los jóvenes de una manera amable con el mundo, con tolerancia, siendo buenas personas con los demás, ayudando a todo aquel que lo necesita. Todo ello fuera de la violencia, las riñas, las peleas.
Enseñar a los jóvenes a solucionar los problemas con el diálogo es fundamental para que aprendan a que las cosas no se solución con golpes ni porrazos, sino que se puede llegar a un entendimiento si cada uno pone de su parte.
Es fundamental el estudio en los jóvenes, ya que gracias a ellos se les abrirán muchas puertas laborales además de aportarles cultura, ciencia, tecnología, etc. Por ello es esencial invitar a toda la juventud a que se den cuentan por ellos mismos la importancia de conseguir ser una persona con formación.
Por eso jóvenes, para realizar todos sus anhelos deben estudiar para prepararse para la vida, alejarse de las drogas y de los vicios. Única manera de llevar una vida sana y feliz.
Así que mi mensaje hoy es:
·       Hoy podemos sembrar esperanza.
·       Hoy podemos sembrar en la juventud.
·       Hoy podemos soñar con un mejor Perú.
·       Hoy podemos colocar a la juventud como prioridad en la agenda nacional.
Hoy  podemos hacer la diferencia.
Que Dios los bendiga. Muchas gracias

miércoles, 10 de septiembre de 2014

LA GENERACION DE LOS IDIOTAS

La profecía de hace tantos años de Albert Einstein se ha cumplido de forma desdichada.
"Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad, el mundo solo tendrá una generación de idiotas.”
El mayor genio de la física que nos ha dado el siglo XX acertó en su predicción y, desdichadamente, ahora estamos sufriendo las consecuencias de aquella profecía que, como veremos en las
imágenes que adjuntamos, la desdicha, para la actual generación está servida y, lo que es peor, avanzamos hacia el precipicio de forma incontrolada.
 Ciertamente, si hubiésemos sido capaces de utilizar la tecnología, todos sus avances, con la mesura que corresponde, sin duda, hubiésemos sido felices. Nadie podrá discutir la maravillosa utilidad del teléfono móvil para el trabajo; para todos los menesteres si se me apura. Pero lo que nadie podríamos sospechar, menos Einstein, sería que ese mismo teléfono que en su día tanto no ilusionó, sea ahora el arma arrojadiza que destroza a la humanidad y, sin duda, a la juventud.
 
 
Como digo, mostramos las fotos de lo que pueda suponer la hecatombe que está sufriendo la juventud actual, pero no son necesarias; creo que todos hemos sido testigos de dichas secuencias entre los jóvenes. No hablan, no hay diálogo, no disfrutan, no miran, no sienten, no controlan, no escuchan, no se dan cuenta que un pequeño aparato les ha robado la libertad y les ha convertido en autómatas, esclavos y, como decía Einstein, en unos auténticos idiotas.
 Dicen que con esos teléfonos móviles de ahora se pueden hacer maravillas; no lo dudo, pero yo si digo lo que veo y, lo que mis ojos ven no es otra cosa que una generación perdida con un aparatito entre las manos que les ha robado su libertad, como digo, su poder de decisión, el diálogo de unos con los otros; todo atisbo de raciocinio ha quedado perdido en las redes de la red, es decir, entre los teléfonos móviles.
 Pensábamos, en un momento, que pudieran ser los ordenadores los causantes de todo el daño que está ahora sufriendo la sociedad; y en verdad así sucede porque, dichos teléfonos, en el fondo y en la forma no son otra cosa que diminutos ordenadores que han trastornado a la juventud actual y, para ellos, no existe más mundo que su teléfono móvil; y la cosa pinta fea porque, chicos con doce años, ya son dueños y señores de dicha desgracia con su aparato entre sus manos.
 Toda tecnología, bien utilizada, puede ser maravillosa. ¿Acaso el correo electrónico no es un invento fantástico? Y todas las ramas de Internet, en su justa medida, dan grandeza y empaque a la sociedad en que vivimos, pero si esa tecnología nos desborda y nos impide conversar, amar, reír, llorar, sentir, pensar, analizar y, en definitiva, sentirnos esclavos de dicho teléfono, sin duda, Einstein lo dijo, estamos ante la generación de los idiotas. Que Dios nos coja confesados.
 Y lo peor de todo es que, dicha tecnología, avanza como un caballo desbocado y, cualquier jovencito, sin su teléfono macabro, se siente un desdichado; en realidad, si son desdichados porque no han sabido comprender que, más allá de la tecnología está el amor, la vida, la humanidad, la solidaridad, la paz y la concordia. ¿Quién puede parar este torrente de locura que avanza hacia el precipicio como un rio caudaloso en plena tormenta? Desdichadamente, me temo que nadie; hemos llegado tarde.
La técnica nos desbordó; cuando pensábamos que la misma nos ayudaría, en realidad nos aplastó como si de una tremenda losa de mármol hubiera caído sobre nuestras sienes. ¿Qué será de nosotros, precisamente de esa juventud aludida que saben manejar con destreza sus teléfonos móviles, pero que nadie sabe escribir? El futuro se presenta muy negro. Vivir para verlo.
 
 
 
Fuente:http://sanidademocionyvida.blogspot.com/2013/04/la-generacion-de-los-idiotas.HTML