Será, en efecto, y a tenor de las previsiones, el comienzo de una nueva era. El hecho de fijar el 2020 como uno de los años más excepcionales en el desarrollo e implantación de muchas de las revoluciones que se están produciendo desde hace ya varios años no es especialmente temerario. «En muchos casos, hablamos de tecnologías que marcan un antes y un después en muchas industrias, una nueva división digital equivalente en importancia a la que marcó la llegada de internet y que, por tanto, representará una presión competitiva fortísima y una auténtica carrera brutal por la adopción (de las nuevas tecnologías) en la que nadie que cuente con los medios para posicionarse quiere quedarse atrás», sostiene Enrique Dans, de IE School. Soñamos con el futuro, pero es necesario ir con cautela para evitar caer en una pesadilla.
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