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miércoles, 7 de diciembre de 2016

Carta a mis alumnos



Tal vez no sea este el espacio más adecuado para comunicar algo a mis alumnos. Quizás me resulta más cómodo escribir estas palabras que expresarme verbalmente. De todos modos, quiero con esta carta abierta, mostrar mi agradecimiento a mis alumnos que ya están terminando sus clases conmigo en la Universidad Privada del Norte, en el  SENATI y en el IESTP El Buen Pastor.
Sin ustedes no habría podido disfrutar de mi profesión. Sin su ánimo y buenas palabras no habría ido cada día a trabajar con ganas de entrar en el aula. Sin ustedes me hubiera resultado ingrato el tiempo dedicado a preparar las clases. Porque con vosotros he podido experimentar, con mayor o menor éxito, otra forma de enseñar y aprender más memorable. Les debo igualmente disculpas por soportar posibles impertinencias, faltas de paciencia o por las continuas llamadas de atención.
Uno a uno, son todos unos tipos fantásticos. Cada uno de ustedes sobresale en algo: bondad, memoria, ironía, tesón, viveza, sacrificio, competencias digitales, inquietud, agudeza, constancia, comprensión, cariño, experiencia personal, empatía, sensibilidad, buen carácter, discreción, tolerancia, resolución, ingenio, etc. Pese a ciertas obligaciones académicas, que me obligan a calificarlos numéricamente, no son una cifra para mí. Cada uno de ustedes  son únicos. Ojalá les siguiera disfrutando en mis clases. Aun así, confío en sus compañeros que vienen detrás.
Tras casi un semestre  con ustedes, pueden estar seguros de haber alcanzado todos los objetivos necesarios para ser buenos profesionales: conocimientos técnicos y competencias personales. Esto acaba de empezar, y vale la pena recordar que siempre podemos seguir aprendiendo para crecer como personas; que debemos hacer nuestro trabajo lo mejor posible. ¡Qué no sea por falta de ganas! Que no vale la pena la comparación constante. Que sí compensa el esfuerzo por aquello que es justo o favorable a otros.
En la vida se encontrarán con obstáculos y tropiezos. ¡No permitan que los desalienten. Luchen por sus ideales que al paso del tiempo disfrutarán de sus logros y éxitos, no incluyan en su vocabulario y pensamiento la palabra fracaso. Siempre vayan por la vida con optimismo y entereza, cuando se den cuenta de lo feliz que son haciendo lo que siempre han deseado, entonces disfrútenlo al máximo.
Les  doy las gracias por dejarme ser otra página de su historia, y que desde este momento, forma parte de nuestra historia en común. Si hay algún legado para dejar, el mío ya está en sus manos. Espero les sirva a partir de ahora en adelante. Aprender es uno de los mayores regalos que uno puede obtener de la vida y los alumnos y estudiantes son “Maestros de Maestros”. Maestro es el que innova, el que aprende enseñando y enseña aprendiendo, el que no se conforma con hacer las cosas, sino con hacerlas bien.

Muchas gracias por todo, hasta siempre.


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