Tal
vez no sea este el espacio más adecuado para comunicar algo a mis alumnos.
Quizás me resulta más cómodo escribir estas palabras que expresarme
verbalmente. De todos modos, quiero con esta carta abierta, mostrar mi
agradecimiento a mis alumnos que ya están terminando sus clases conmigo en la
Universidad Privada del Norte, en el SENATI y en el IESTP El Buen Pastor.
Sin
ustedes no habría podido disfrutar de mi profesión. Sin su ánimo y buenas
palabras no habría ido cada día a trabajar con ganas de entrar en el aula. Sin
ustedes me hubiera resultado ingrato el tiempo dedicado a preparar las clases.
Porque con vosotros he podido experimentar, con mayor o menor éxito, otra forma
de enseñar y aprender más memorable. Les debo igualmente disculpas por soportar
posibles impertinencias, faltas de paciencia o por las continuas llamadas de
atención.
Uno
a uno, son todos unos tipos fantásticos. Cada uno de ustedes sobresale en algo:
bondad, memoria, ironía, tesón, viveza, sacrificio, competencias digitales,
inquietud, agudeza, constancia, comprensión, cariño, experiencia personal,
empatía, sensibilidad, buen carácter, discreción, tolerancia, resolución, ingenio,
etc. Pese a ciertas obligaciones académicas, que me obligan a calificarlos
numéricamente, no son una cifra para mí. Cada uno de ustedes son únicos. Ojalá les siguiera disfrutando en
mis clases. Aun así, confío en sus compañeros que vienen detrás.
Tras
casi un semestre con ustedes, pueden
estar seguros de haber alcanzado todos los objetivos necesarios para ser buenos
profesionales: conocimientos técnicos y competencias personales. Esto acaba de
empezar, y vale la pena recordar que siempre podemos seguir aprendiendo para
crecer como personas; que debemos hacer nuestro trabajo lo mejor posible. ¡Qué
no sea por falta de ganas! Que no vale la pena la comparación constante. Que sí
compensa el esfuerzo por aquello que es justo o favorable a otros.
En
la vida se encontrarán con obstáculos y tropiezos. ¡No permitan que los
desalienten. Luchen por sus ideales que al paso del tiempo disfrutarán de sus
logros y éxitos, no incluyan en su vocabulario y pensamiento la palabra
fracaso. Siempre vayan por la vida con optimismo y entereza, cuando se den
cuenta de lo feliz que son haciendo lo que siempre han deseado, entonces
disfrútenlo al máximo.
Les
doy las gracias por dejarme ser otra
página de su historia, y que desde este momento, forma parte de nuestra
historia en común. Si hay algún legado para dejar, el mío ya está en sus manos.
Espero les sirva a partir de ahora en adelante. Aprender es uno de los mayores
regalos que uno puede obtener de la vida y los alumnos y estudiantes son
“Maestros de Maestros”. Maestro es el que innova, el que aprende enseñando y
enseña aprendiendo, el que no se conforma con hacer las cosas, sino con
hacerlas bien.
Muchas
gracias por todo, hasta siempre.
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