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sábado, 17 de diciembre de 2016

Para tener en cuenta


Hay de todo tipo de reacciones en cuando alguien se encuentra desaprobado. Echarle la culpa al profesor por la exigencia en el examen, por su rigurosidad al corregir, por haber tomado algo que no estaba en el temario o por cualquier otro motivo. Otra es tirarse abajo uno mismo. “No sirvo para esto”, o “me equivoqué de carrera” o “ Este }centro de Estudio es demasiado difícil para mí”.
Si bien esas reacciones son naturales, en realidad no tienen fundamento razonable. ¿Qué importa el motivo del fracaso? Lo importante es el fracaso en sí mismo. Hay que entender que fallar es una asignatura más del programa de tu carrera. Sí, equivocarse es importante y es parte del proceso de aprendizaje. Por supuesto que duele cuando uno lleva meses haciendo un trabajo duro y esforzado.
Pero es mejor que un cirujano falle en la facultad de medicina y no operando a un paciente; que un ingeniero civil se equivoque en un examen y no que se venga un puente abajo; o que un farmacéutico equivoque la dosis en el papel de una prueba y no al entregar una medicina a un paciente.
Muchas veces se dice que el primer paso para resolver un problema es admitir que se lo tiene. Bueno, en el caso de los fracasos en el estudio, el primer paso para superarlos es reconocer que son parte del proceso de aprendizaje. No hay que venirse abajo, todos los exámenes se pueden volver a dar; sí, lleva tiempo y habrá que hacer todo de nuevo, pero así es como se hace una carrera. Uno tiene que avanzar esquivando los golpes lo mejor que pueda. Alguno se recibirá. Pero a levantarse y seguir estudiando, que no se ha perdido nada. Al contrario, lo que no te mata te hace más fuerte o como dijo Nelson Mandela “La mayor gloria no es nunca caer, sino levantarse siempre”.

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